A la hora de combatir la diabetes el objetivo
principal es mantener las cifras de glucosa en sangre dentro de los límites de normalidad.
Razón por lo cual una persona diabética debe medirse los niveles de glucosa cada uno o dos días.
Razón por lo cual una persona diabética debe medirse los niveles de glucosa cada uno o dos días.
Estas mediciones deberán ser revisadas por su médico de forma periódica con el fin de detectar posibles alteraciones en las mismas.
Sin embargo, la mitad de las personas que sufren diabetes no tienen controlada
su glucemia, a pesar del tratamiento, circunstancia que les expone al riesgo de sufrir complicaciones de la enfermedad, algunas de ellas muy graves.
Aquí te mostramos varias de las complicaciones de la diabetes las cuales dividiremos en agudas y crónicas:
COMPLICACIONES
AGUDAS
Coma
diabético: los factores que lo desencadenan suelen ser un mal cumplimiento del tratamiento, la existencia de infecciones asociadas (urinarias, respiratorias, gastrointestinales), cambios en el estilo de vida (alimentación y actividad física), cirugía o traumatismos.
Hipoglucemia: es la disminución del nivel de glucosa en sangre por debajo de los 50 mg/dl y que puede producirse como consecuencia de un sobreesfuerzo o ejercicio físico no habitual, una sobredosis de insulina, diarreas, vómitos o una presencia insuficiente de hidratos de carbono en la dieta habitual.
COMPLICACIONES
CRÓNICAS
Retinopatía
diabética: se produce por el deterioro de los vasos sanguíneos que llevan la sangre a la retina y que genera la alteración de la visión (visión borrosa).
Neuropatía
diabética: la disminución del flujo sanguíneo asociada a niveles elevados de glucosa en sangre puede causar lesiones en los nervios (creaneales, vertebrales y los que ayudan al control de los órganos. En general, se puede producir 10 ó 20 años después del diagnóstico de la diabetes, aunque si ésta no se controla adecuadamente, puede producirse con anterioridad. Los síntomas pueden ser muy diversos y abarcar desde una pérdida de sensibilidad en brazos y piernas, mareos, hiperhidrosis, aumento de la frecuencia cardiaca, alteraciones de la función sexual o incontinencia urinaria. También puede enmascarar los síntomas de una angina de pecho (no sentir el dolor torácico).
Angiopatía
diabética: es una enfermedad de los vasos sanguíneos que puede causar neuropatía e incluso insuficiencia renal y ceguera (retinopatía).
Pie
diabético: esta complicación tiene un origen neuropático a causa de del daño que la diabetes produce sobre los nervios, aunque también puede haber un componente circulatorio. Los primeros síntomas son la pérdida de sensibilidad dolorosa y térmica, que puede hacer que los músculos se atrofien y aparezcan deformidades en el pie. Este proceso, unido al daño vascular puede hacer que se inicie una gangrena y que, como consecuencia sea necesario amputarlo. Si ello sucede es frecuente que haya que amputar el otro pie al cabo de uno o dos años.
Alteraciones
de la función sexual: la diabetes puede ocasionar problemas de erección
en los hombres y sequedad vaginal en las mujeres.
Enfermedades
cardiovasculares: infarto, cardiopatías, trastornos de la
circulación en las piernas, etc.
Enfermedades
cerebrovasculares: ictus.
Dermopatías
(lesiones en la piel).
Hipertensión
arterial.
Enfermedad
periodontal.
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